domingo, 11 de diciembre de 2011

No soy gallega

Una semana con el martes y el jueves festivo para lo que sirve es para hacer un largo puente. Está hecho a medida, nueve días por el precio de tres. Lo de trabajar (o ir al colegio, como hicieron los pequeños) lunes, miércoles y viernes es una carallada. Estoy harto de no saber en qué día vivo. Un amigo me dice que hubiese preferido trabajar estos festivos y guardarlos para la Navidad. Deberían de ser opcionales y acumulables. Me desahogo porque la semanita, en lo que a actividad social se refiere, ha sido bastante aburrida. Seguro que la compensarán las tres próximas, que van a ser todo lo contrario. Harta también está la actriz Pilar Punzano, pero no por los mismos motivos. En los últimos días leí distintas entrevistas que le hicieron en varios medios debido a que la joven ha conseguido consolidar su papel de Inés, la díscola hija del matrimonio Alcántara en la exitosa serie Cuéntame cómo pasó. Ya nadie se acuerda de Irene Visedo, la primera, y casi podríamos decir que histórica, Inés. Cuando la productora anunció que Pilar iba a ser la sustituta todos los medios hicieron hincapié y destacaron el origen gallego de la nueva protagonista. De hecho en la dichosa Wikipedia (la misma que hace unas semanas se cargó a Aznar) indican que nació en Noia, A Coruña. Todo el mundo dio por buena la información y se resaltó que una coruñesa empezaba a formar parte de la televisiva familia. Pero lo cierto es que la chica, por desgracia para ella, nunca tuvo la suerte de probar los berberechos de Noia, ni la empanada de maíz que prepara Vitolo en el Alborés, ni Casa Santolo, ni los mariscos del restaurante Peto. «¡No soy gallega. Estoy harta de que me lo pregunten. Me encantaría, de verdad, pero soy de Madrid!», sentencia la actriz, cansada de ser, por error, de la tierra de Rajoy. Y yo que había preparado un montón de preguntas me quedé sin entrevista a la primera. Nadie sabe de dónde salió el dato falso del origen noiés de Pilar, aunque es posible que se la vincule a Galicia porque su primer papel importante fue en la película Blanca Madison, rodada en 1998. «Buscabamos en Madrid unha rapaza guapa e nova para o papel de Blanca. Xurdiu a posibilidade de Pilar e lle fixemos unhas probas e ao final tanto Carlos Amil, o director, coma eu a contratamos. Convivimos dous meses con ela na rodaxe e en ningún momento falou de que fose galega. Son os perigos da Wikipedia», recuerda Xosé Xoán Cabanas Cao, productor de la cinta. Desde aquí hay que animar al alcalde de Noia a que invite a Pilar el próximo verano a visitar la localidad en la que a ella no le hubiese importado nacer.

Borja y Ainhoa

A decir verdad, esta semanita que calificaba de aburrida a nivel social tuvo al menos una excepción. El miércoles en el Teatro Colón de A Coruña se celebró un recital a beneficio de la histórica institución Padre Rubinos al que acudió Flora Pérez, la mujer de Amancio Ortega, que no se fue de puente de la Constitución. Para que vean. Cabe recordar que la fundación que lleva el nombre del creador de Zara promueve la construcción de un nuevo centro asistencial de la citada asociación. Pero los nexos de unión de Flora con el recital del miércoles van más allá, porque Ainhoa Arteta, protagonista del mismo junto con el gallego Borja Quiza, es la pareja de Jesús Garmendia, uno de los jinetes habituales del circuito hípico y que, por tanto, mantiene una buena relación con su hija Marta y su futuro esposo Sergio Álvarez Moya. Nunca falta a los concursos de saltos que se celebran en Casas Novas o en Vigo. Quién sabe si dentro de dos meses veremos a la soprano en la boda que se celebrará en el pazo de Anceis de Cambre. Con motivo del recital tuve la oportunidad de hablar con el ortegano Quiza, que se pegó un palizón de viaje para poder cumplir con el compromiso en su tierra. «El martes canté El barbero de Sevilla en Florencia. Cogí un vuelo a Fráncfort y de ahí a Oporto. Llegué a A Coruña en coche unas pocas horas antes del concierto. Fue largo y fatigoso pero quería estar en este concierto benéfico porque para mí es muy importante llevar cabo este tipo de acciones», apunta el barítono, cuya voz y espíritu solidario brillaron sobre el escenario junto a la Orquesta Gaos. Un gallego de verdad, de pura cepa, de Ortigueira, nieto de Pepe de Antonia, y no porque lo diga o lo deje de decir la Wikipedia.

La más guapa de la botica

Nada más lejos de mi intención que generar un debate sobre la belleza de las farmacéuticas. El domingo pasado les hablaba de Angélica, la boticaria viguesa que había conseguido un gran éxito en el certamen de Miss España luciendo la banda de Miss Pontevedra y que califiqué como la más guapa de Galicia. Un lector me recomienda que visite una farmacia de Meicende, Arteixo, donde, según él, trabaja la que realmente se puede considerar como la farmacéutica más guapa de la comunidad. Lo dicho, no era mi intención abrir un debate sobre un asunto al fin y al cabo tan trivial y subjetivo, pero en cuanto tenga un momento hago una escapada a por paracetamol, que en esta época de catarros siempre viene bien. En esta aburrida semana de los dichosos festivos no tuve tiempo.
http://www.lavozdegalicia.es/genteytelevision/2011/12/11/0003_201112SX11P31991.htm
Fuente la voz de Galicia

domingo, 20 de noviembre de 2011

Rosalía Castro escribe poemas y vive en Madrid

Estoy empezando una nueva etapa en mi vida. Es la de la poalla, cotovía y papoula. Para los de mi quinta que no tengan hijos les diré que, traducidas al castellano, estas tres palabras son llovizna, alondra y amapola. Afortunadamente, los tiempos cambiaron y los niños de 8 años saben más galego que la mayoría de los de mi generación cuando acabamos COU. La nueva etapa a la que hacía referencia es la de padre con hija con deberes. La niña, que es preciosa como una papoula, llega a casa como una cotovía en medio de la poalla y el papá, o sea yo, que solo me enseñaron el adiós ríos adiós fontes de Rosalía de Castro (fue algo más, pero estoy exagerando a propósito) me las tengo que ingeniar para que la niña se crea que soy filólogo. Ahora que menciono a Rosalía, esta semana hablé con ella. Con una Rosalía Castro (así era el nombre original de la autora de Cantares gallegos), que es actriz. «A todo el mundo le llama la atención. Me dicen ?¡Ah!, como la poetisa?, y orgullosa que estoy», comenta Rosalía Quelle Castro, una joven de Burela (Lugo) que en abril cumplió 26 años y que ya hizo sus pinitos en series como El Comisario o, más recientemente, en Homicidios.
«Escogí el apellido de mi madre porque aquí en Madrid nadie acertaba a pronunciar lo de Quelle y Rosalía Castro se le queda grabado a todo el mundo», explica. En la última serie a la que hacía referencia tuvo un papel corto y desagradable. «Había un asasino que mataba a mulleres cegas e eu era unhas das vítimas», comenta, ahora en gallego. Impresiona el hecho de que un psicópata se cargue a Rosalía Castro. Mientras espera nuevos papeles, ensaya la obra de teatro Redention dirigida por Matías Ruiz y que cuenta con estrenar en febrero. Y entre ensayos y castings escribe poesía en castellano, gallego e inglés (los de mi generación somos unos inútiles). «Nunca publiquei, pero escribo poemas dende os 12 anos. A verdade que os temas que trato son coma os de Rosalía, o amor, a humanidade, e teñen tintes románticos», asegura.
La animo a que publique, para comprobar si se parece a Follas novas. La convenzo. «Porque o noso ollar tórnase esperanzador, cun brillo que arrastra o lóstrego das enerxías. Porque o vento sorpréndeme camiñando pola vida cunha explosión de bicos encarnados. Porque os finais limítanse a estar suspendidos e non me atrapan, liberdade». Ahí tienen a esta actriz gallega con el libro de Luis Alonso Girgado, Rosalía de Castro na súa vida, nos seus versos.
El ilusionista manco
Lo mejor de este trabajo de contar historias vitales es que te surgen cantidad de anécdotas. El martes, por ejemplo, fui a comer con Christoph Kammüller, un alemán criado en Holanda que es el nuevo director de comunicación de las bodegas Torres. Nunca antes había estado en Galicia. Comimos un pulpo regular y el hombre dijo que era el mejor que había probado en su vida. A lo que iba. Una de las personas con las que compartí mesa empezó a ofrecer el pan en la típica cesta y al llegar a mí me dijo: «Ya sé que tú no quieres, que estás a régimen, que te leo todos los domingos». Me hizo mucha gracia. Sonreí y le comenté que una amiga mía especialista en alimentación sana, Mayte Fernández, siempre dice que el pan al mediodía no es malo y además que el Colegio de Farmacéuticos acababa de presentar una campaña sobre sus beneficios pan. En definitiva, que me cogí el pequeño bollo de extraordinaria pinta y mejor sabor y el compañero de mesa se quedó convencido al escuchar mis teorías. El jueves tuve otra comida original, en este caso con René Lavand, el genial mago manco argentino. «Prefiero el término ilusionista», predica el artista de 83 años. Me invitaron los responsables de la Asociación de Dirección y Desarrollo de Personas (Aedipe), que contaron con René para que les diese su testimonio y su experiencia vital de superación, autoconfianza y desarrollo personal. Cabe recordar que el ilusionista perdió su mano derecha a los 9 años por culpa de un accidente de tráfico. «Empecé con la magia a los 7 años. Dos con ambas manos y el resto con una», comenta con gran sentido del humor. Los de este colectivo también podían ponerse en contacto con Raphael, que el próximo domingo actúa en el Palacio de la Ópera de A Coruña. «El año que viene sacaré un nuevo disco con canciones compuestas por Manuel Alejandro, con el que me vuelvo a juntar. En el 2012 espero tener tiempo para cumplir con un viejo sueño, recorrer Galicia de cabo a rabo», me dijo esta semana el incombustible artista de Linares.
Fran, a las setas
Fue con una cesta y le hizo falta hasta una caja. «Una pasada. ¡En dos horas! Y lo dejamos porque se hizo de noche. Además son de las buenas, de los boletus. Nunca vi cosa igual», me comenta Fran, el excapitán del Deportivo, que esta semana se fue con un amigo al monte y se puso las botas. «Es que mi colega es un experto. Cuando voy solo no las veo, pero él...», dice el futbolista. Yo no pude ir, me tocaban deberes de gallego.
Fuente: La voz de Galicia

sábado, 12 de noviembre de 2011

A las 11 horas, 11 minutos y 11 segundos del 11-11-11

11 Raúl Dopico Gantes, alumno del colegio Calasanz, nació el 11 de noviembre del 2000. Ayer cumplió 11 años. De nuevo el 11, el número más repetido ayer debido a la coincidencia del día, mes y año en el que estamos, el 2011. Raúl se acercó a los estudios de Radio Voz al igual que Marta Alonso, del Santa María del Mar, que ayer también cumplió años, en su caso 10. Ya va camino de los 11. Perdieron una hora de clase para celebrarlo en el estudio de radio y soplar las velas justo a las 11 de la mañana, 11 minutos y 11 segundos del 11 del 11 del 11. Hay más unos que en las tropas de Atila, aunque aquellos eran con hache. El año pasado la jornada especial, esa en la que algunos se atreven incluso a decir que se acaba el mundo, fue el 10 del 10 del 10, y el anterior el 9 de septiembre. Si a ustedes esto les parece una tontería, tranquilos, porque queda el 12 del 12 del año que viene y después se acaba el tema. Ahí tienen a Marta y Raúl posando en un día y a una hora especial. Raúl, que tiene muy claro a sus 11 años recién cumplidos que quiere ser periodista. Trajo incluso una fotocopia del libro de familia donde aparece la fecha de su nacimiento. «Me dijo mi madre que nací a las 11 de la noche», comenta. Por cierto, ayer llamó a la redacción un abuelo emocionado. «Es que estaba viendo la tele y salió una niña de Sevilla que nació hoy, 11 del 11 del 11, y yo también tuve hoy una nieta», comenta Ramón Pose. Los padres de la pequeña son Eva y Bruno Barona.
Fuente La Voz de Galicia





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miércoles, 26 de octubre de 2011

El berrinche de un niño

Son las 10 de la noche. Llego cansado a casa y tengo la tensión alta. Busco tranquilidad. Silencio. Y justo es la noche en la que a la niña se le da por encapricharse con el ordenador. <Quiero pintar>, grita una y otra vez. Los gritos se mezclan con pataleos. Diez minutos, veinte. Pierdo la paciencia, le doy una palmada en el culo. Sigue llorando casi sin fuerzas. Son las 10.45 y parece que se calma. El niño. Yo no. <Papa, te quiero mucho>, dice antes de quedarse dormida. Es una preciosidad, a pesar de haber fastidiado la noche de otoño a su padre, que sigue con la tensión alta.
Consejos que facilitan en la web guiainfanil.com
Consejos de guia infantil.com


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